El presente informe aborda la crítica situación que atraviesa el sector de enfermería en Argentina en el año 2024. Este colectivo representa el 60% del recurso humano en instituciones hospitalarias y por sus manos pasan el 80% de las prácticas asistenciales. A pesar de su impacto vital en la atención sanitaria, enfrenta una falta de reconocimiento como profesionales de la salud.
El no estar incluidas/os en la carrera profesional, opera en detrimento de la imagen social de la enfermería; ya que padecen una creciente limitación en su condición de iguales y libres, se inhibe su desarrollo como personas y profesionales; restringiendo su participación en la vida política, económica y social de la comunidad.
Exclusión en la Toma de Decisiones y Gestión Sanitaria
La no inclusión de enfermeras y enfermeros en roles de gestión en el sistema de salud ha generado una disparidad significativa. En numerosos cargos públicos de relevancia, desde ministerios hasta direcciones de hospitales y unidades sanitarias, los médicos ocupan la totalidad de las posiciones.
El ejemplo más grotesco es el PRONAFE (Programa Nacional de Enfermería) donde el director es un médico -Gabriel Muntaasky.
A nivel municipal, la provincia de Buenos Aires es una muestra de la desidia del Estado respecto al reconocimiento de los y las enfermeras como profesionales de la salud; ya que de 135 distritos que integran la provincia solo 4 reconocen a los y las enfermeras dentro de la Carrera Profesional Hospitalaria. Incluso Quilmes, Lanús, Avellaneda, La Plata, 3 de Febrero, San Martín, La Matanza y Alte Brown que tienen universidades nacionales donde se dicta la carrera, no reconocen como profesionales a sus egresados.
A nivel provincial solo Mendoza y Buenos Aires avanzaron en el reconocimiento a los Lic. en enfermería dentro del escalafón profesional hospitalario. En el sistema de salud, el rol de enfermería ha sido sistemáticamente excluido de la toma de decisiones. Su participación se limita especialmente a tareas asistenciales. Esta ausencia en la planificación y gestión de políticas públicas ha dejado secuelas evidentes, reflejadas hoy en una crítica escasez de personal, especialmente entre los profesionales de enfermería con títulos de grado.
Según un informe del año 2020 realizado por OFERHUS – DIRECCIÓN NACIONAL DE TALENTO HUMANO Y CONOCIMIENTO, la tasa de licenciadas/os en enfermería en nuestro país es de tan solo 8 por cada 10.000 habitantes. Esta cifra contrasta drásticamente con la relación de 40 médicas/os por cada 10.000 habitantes. Esta disparidad en la proporción entre profesionales de la salud refleja la crítica escasez de enfermeras y enfermeros titulados.
Impacto de la Pandemia y Deudas Pendientes
La crisis desatada por la pandemia de COVID-19 reveló una dolorosa verdad: la falta de valoración y reconocimiento hacia las trabajadoras y trabajadores de enfermería. En Argentina, la emergencia sanitaria puso al descubierto la vulnerabilidad de nuestro sistema de salud, exponiendo un déficit alarmante de profesionales de enfermería capacitados para enfrentar la situación desde la primera línea de atención.
La analogía bélica de «malvinización» de los recursos humanos de enfermería resalta la situación crítica. Al igual que en tiempos de guerra, se envió a jóvenes trabajadores y voluntarios a enfrentar un enemigo invisible sin la preparación ni los equipos de protección necesarios. Trágicamente, esta «guerra» cobró la vida de más de 300 enfermeras y enfermeros en nuestro país, muchos de ellos enfrentando una realidad desconocida.
La actual gestión de Javier Milei empeora todas estas variables, ya que congeló ingresos y género una inflación acumulada de más de un 100% en 5 meses. Estos profesionales se encuentran con salarios que están por debajo de la línea de pobreza y sin el reconocimiento merecido por parte del Estado como profesionales de la salud.
Enfermería: Solución a la Crisis Sanitaria
La actual crisis sanitaria, caracterizada por la escasez de médicos en nuestros barrios y la falta de programas de prevención y atención primaria, así como el colapso consecuente de hospitales, encuentra una respuesta fundamental en la labor de enfermería. Ampliar el rol de las enfermeras y enfermeros en el primer nivel de atención puede ser la clave para superar estas barreras y mejorar la cobertura sanitaria en áreas con insuficiente personal médico.
Un informe publicado por la OPS en mayo de 2018 subraya la necesidad de ampliar las competencias de estos profesionales de la salud. La creciente población de edad avanzada y el aumento de enfermedades no transmisibles, que demandan cuidados a lo largo de toda la vida, destacan la importancia de involucrar activamente a enfermeras y enfermeros en la atención primaria.
Es imperativo que las enfermeras y enfermeros participen activamente en el cuidado de la salud colectiva. Su intervención es esencial en la definición de prioridades sobre temas ambientales, detección de niños sin vacunar, seguimiento de embarazadas sin control médico, identificación de casos de violencia intrafamiliar o de género, asistencia a pacientes con enfermedades crónicas, educación a través de talleres de salud comunitaria, y diversas acciones de salud de gran impacto social.
Reivindicaciones del Sector de Enfermería
Desde hace décadas, en nuestro país, solo se realizan “parches” en lugar de políticas públicas para enfermería. Sin objetivos a nivel nacional, con currículas de las casas de altos estudios que responden solo a lineamientos institucionalizados o de el “negocio de la salud”, con más de un 80% de deserción de estudiantes que inician la carrera, con escasos contenidos en Atención Primaria de la Salud o vacunación (por ejemplo; un egresado de licenciatura en enfermería, después de 5 años de carrera universitaria, no adquiere los contenidos necesarios en Calendario Nacional de Vacunación).
El gobierno saliente de Alberto Fernández y funcionarios de la cartera sanitaria como Ginés González García, Arnaldo Medina, Daniel Gollan, Carla Vizzoti y Nicolás Kreplak -todos médicos- han dejado un saldo negativo en relación con los trabajadores de enfermería.
A pesar de haber enfrentado la pandemia «poniendo el cuerpo», acumulando estrés y desgaste psicofísico, se ha percibido una falta de reconocimiento y apoyo significativo por parte de las autoridades.
Se esperaba que se articularan beneficios para el sector, en consideración al esfuerzo realizado durante la crisis sanitaria mundial. Desde medidas como pase libre en transporte público, peajes y estacionamiento, hasta el acceso a líneas de créditos específicas y jubilaciones anticipadas, podrían haber contribuido notablemente al reconocimiento social de la labor esencial desempeñada por las enfermeras y enfermeros.
El reconocimiento como profesionales de la salud en todo el país es una deuda pendiente con este sector que lideró la campaña de vacunación más grande de nuestra historia y que incluso arriesgó sus vidas para cuidar la salud de la población; siendo con más de 300 muertos el sector de trabajadores más afectado por la pandemia.
Además de la inclusión de enfermeras y enfermeros en roles de gestión del sistema sanitario, la discusión sobre régimen jubilación especial y trabajo insalubre, la reducción de la jornada laboral, salario digno y condiciones laborales adecuadas, continúan siendo temas esenciales que requieren atención y resolución.
Conclusiones
Es fundamental atender las necesidades históricas y actuales de la enfermería para garantizar un sistema de salud sólido y equitativo. Este informe busca crear conciencia sobre la urgente necesidad de reconocer y valorar el papel fundamental que desempeñan las enfermeras y enfermeros en la sociedad y el sistema de salud en Argentina.
Lic. Eduardo Arellano. MN 66988. Docente Universitario. Sanitarista. Emergentólogo.
Director de RCP ARGENTINA
https://about.me/arellanosalud
Fuente: https://www.lanusnoticias.com.ar/web/12-de-mayodia-de-la-enfermeria-de-esenciales-a-descartables-la-realidad-de-la-enfermeria-argentina/